Egipto ha redoblado este lunes sus esfuerzos para evitar que las negociaciones de alto el fuego entre Israel y Hamás descarrilen del todo y para intentar contener el deterioro de la situación causado por las primeras órdenes de desalojo forzoso emitidas por el ejército israelí a una parte de la población de Rafah, la ciudad más al sur de Gaza. El Cairo, una de las voces más críticas contra un asalto terrestre israelí a la urbe palestina por las implicaciones políticas, de seguridad y humanitarias que podría acarrear, ha elevado el nivel de alerta de su ejército desplegado en la zona próxima a la frontera con la Franja ante la posibilidad de que se acabe consumando un ataque. En Washington, el portavoz del Departamento de Estado de EE UU, Matthew Miller, insistía en que el logro de un acuerdo “es una prioridad máxima para todo el mundo en este Gobierno, del presidente Joe Biden para abajo”.
En un comunicado emitido por la tarde, el Ministerio de Exteriores de Egipto ha pedido a Israel que actúe “con la máxima moderación” y evite una nueva escalada en un momento “extremadamente delicado” del proceso de negociación para un alto el fuego. También afirmó que El Cairo sigue “en contacto permanente” con todas las partes para evitar que la situación “empeore o se descontrole”. Al Qahera News, una cadena de televisión local cercana a los servicios de inteligencia, había informado poco antes, citando a un alto cargo anónimo, que Egipto ha pedido a Israel y a Hamás “volver a las negociaciones” para salvar los “importantes avances” logrados en los últimos días.
A última hora de la tarde, el jefe del buró político de Hamás, Ismail Haniya, ha informado al primer ministro catarí, Mohamed bin Abdulrahman Al Thani, y al jefe de la Inteligencia egipcia, Abbas Kamel, de que el movimiento ha aprobado la propuesta de acuerdo de alto el fuego definida en los últimos días, según un comunicado. Y Al Qahera News ha informado de que una delegación del movimiento islamista tiene previsto viajar a El Cairo el martes para concluir las negociaciones, aunque las intenciones de Israel, que ha manifestado que estudia la declaración de Hamás, no están claras. En un mensaje en las redes sociales a última hora de la tarde de este lunes, el presidente de Egipto, Abdelfatá al Sisi, declaró que está siguiendo “la evolución positiva” de las negociaciones en curso, y pidió a todas las partes que redoblen sus esfuerzos para llegar a un acuerdo.
Tras el anuncio de Hamás, la Casa Blanca revisaba el contenido exacto de la respuesta de la milicia radical palestina a una propuesta de tregua, según ha asegurado el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby. El alto cargo declinó aportar más detalles sobre qué exactamente es a lo que ha dicho sí el grupo extremista, pero subrayó que “siempre hemos dicho que un acuerdo de alto el fuego es absolutamente el mejor resultado posible”. “Queremos conseguir la salida de los rehenes (israelíes de Gaza), queremos un alto el fuego durante seis semanas, queremos aumentar la ayuda humanitaria”, ha sostenido el alto cargo estadounidense.
La Casa Blanca vivía un lunes de intensa actividad en torno a Oriente Próximo, cuando parecía inminente el comienzo de la ofensiva terrestre de Israel contra Rafah, el último enclave en Gaza que aún no ha atacado por completo. Se encontraba pendiente de lo que informase el director de la CIA, William Burns, desplazado a la zona para participar en las negociaciones sobre una tregua y que se mantenía constantes conversaciones con los aliados en la zona tras las declaraciones de Hamás. El presidente estadounidense, por su parte, conversaba con el rey Abdalá de Jordania sobre las negociaciones para un acuerdo, y sobre la ayuda humanitaria a la Franja, en un almuerzo de trabajo, informa Macarena Vidal Liy desde Washington.
Horas antes, Biden había mantenido una conversación telefónica de treinta minutos con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acerca de los planes para la entrada de las fuerzas israelíes en Rafah, las negociaciones para una tregua y la entrada de ayuda humanitaria en Gaza, según la Casa Blanca.
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En la llamada, según la versión estadounidense, Netanyahu “se mostró de acuerdo en garantizar que el paso fronterizo de Kerem Shalom se abre a la ayuda humanitaria para aquellos que lo necesiten”, después de varios días cerrado como medida de presión israelí.
Biden, por su parte, “reiteró su clara posición acerca de Rafah”: que es inadmisible una ofensiva que no cuente con un plan creíble para proteger las vidas de los civiles y el acceso de la ayuda humanitaria.
Tras un periodo de estancamiento en los esfuerzos de mediación entre Israel y Hamás, las autoridades egipcias lograron desencallar la situación y dar un nuevo impulso al proceso hace dos semanas con una nueva propuesta, discutida primero con sus homólogos israelíes y presentada luego a Hamás. Una delegación del movimiento palestino abandonó El Cairo el domingo después de una nueva ronda de contactos el fin de semana, durante el que se filtraron a la prensa mensajes optimistas sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo.
Sin embargo, desde el Gobierno de Israel se afirmó que la ofensiva militar en Gaza no se detendría y que asaltaría Rafah con o sin acuerdo, lo que llevó a Hamás a acusar al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de buscar un pretexto para “sabotear” el proceso. Además, el mismo domingo, Hamás realizó un ataque contra Israel en el que murieron cuatro soldados que formaban parte del operativo movilizado para un eventual asalto a la ciudad del sur de Gaza. Este lunes, Al Qahera News ha citado a un alto cargo egipcio afirmando que esa incursión de Hamás hizo tambalearse las negociaciones. El ejército israelí, por su parte, ha matado en la Franja a más de 34.700 personas.
Los panfletos lanzados este lunes por el ejército israelí en Rafah exhortan a la gente que se encuentra en la ciudad a no dirigirse hacia la valla fronteriza que separa Gaza de Egipto. El aumento de la tensión ha llevado a El Cairo a elevar el nivel de alerta de su ejército en el norte del Sinaí, ante la amenaza de una operación de Israel en Rafah, ha informado la agencia Reuters citando a dos fuentes de seguridad egipcias. Egipto teme que una incursión israelí provoque un desplazamiento forzoso masivo de gazatíes hacia el Sinaí.
Paralelamente, las autoridades egipcias han afirmado a la prensa local que el cruce fronterizo de Rafah, entre Egipto y Gaza y por el que pasa buena parte de la escasa ayuda humanitaria que entra en la Franja, seguía operando con normalidad este lunes. En cambio, una portavoz de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, la UNRWA, ha contado a EL PAÍS por la tarde que, si bien el cruce permanecía abierto para el movimiento de personas entre los lados palestino y egipcio, el cruce de camiones y ayuda lleva cerrado desde el domingo. Aviones israelíes han bombardeado este lunes un almacén de ayuda humanitaria en el lado palestino del paso de Rafah, según la Fundación Sinaí de Derechos Humanos, que ha detallado que varios camiones egipcios y palestinos aparcados resultaron dañados.
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