sábado, diciembre 14

El partido de Giorgia Meloni quiere imponer por ley símbolos religiosos en las escuelas italianas | Internacional

Hermanos de Italia, el partido ultraderechista de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha encontrado en los belenes escolares un nuevo aliado en su tradicional batalla por proteger lo que llaman las “raíces culturales” del país transalpino. La formación ha presentado un proyecto de ley en el Senado que pretende blindar la costumbre de montar belenes en las escuelas en la época navideña y que contempla sanciones para los funcionarios que no lo permitan o impulsen celebraciones alternativas, sin carga religiosa, en estas fechas.

La idea es acabar con los festejos generales que muchas escuelas organizan antes de las vacaciones, donde se reconoce la diversidad creciente de las aulas italianas.

La senadora de Hermanos de Italia, Lavinia Mennuni, principal firmante de la propuesta de ley, ha explicado que con esta iniciativa se pretende evitar que se releguen símbolos y festividades cristianas en las escuelas de todos los niveles. “Desde hace algunos años asistimos a decisiones inaceptables y vergonzosas de algunas escuelas que prohíben los belenes o modifican la esencia profunda de la Navidad, transformándola en inverosímiles ‘fiestas de invierno’ para no ofender a los creyentes de otras religiones. Gracias a este proyecto de ley ya no será posible cancelar el belén, la Navidad y la Pascua en las escuelas italianas”, ha señalado la senadora. Y ha apuntado que los empleados que se opongan a iniciativas relacionadas con la Navidad y la Pascua, como montar el belén, obras de teatro y otros actos similares, se enfrentarán a expedientes disciplinarios.

Para Hermanos de Italia, “permitir la transformación de las fiestas sagradas cristianas en otro tipo de celebración anónima” constituye “una discriminación contra los alumnos y sus familias que practican la religión mayoritaria”, además de “un ataque a los valores y tradiciones más profundos de nuestro pueblo”. Según el partido liderado y fundado por Giorgia Meloni, la medida “es absolutamente esencial para salvaguardar y proteger las raíces culturales de Italia representadas en el belén”.

La propuesta ha levantado revuelo entre los partidos de la oposición y las asociaciones de profesores y directores de escuela, que consideran inapropiado imponer por ley este tipo de cuestiones. “Ciertamente, hay que tener en cuenta las tradiciones del país, pero imponerlas por ley está fuera de lugar”, ha dicho Antonello Giannelli, presidente nacional de la Asociación de Directores de Escuela (ANP).

Los sindicatos también han cargado contra la propuesta. “Todo el mundo debe recordar que vivimos en un país laico, la escuela es laica. Operaciones como esta, que interfieren entre otras cosas con la autonomía escolar, no son aceptables. Que relean la Constitución”, ha dicho Gianna Fracassi, secretaria general de la rama de trabajadores de la educación del mayor sindicato del país, FLC CGIL.

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El presidente del sindicato de directores de escuelas, Dirigentiscuola, Attilio Fratta, se ha pronunciado en la misma línea: “Estamos ante medidas que solo sirven para desviar la atención de los italianos de los verdaderos problemas de la escuela y del país”.

La oposición ha acusado a la formación de extrema derecha de explotar la religión con fines políticos. “Son ridículos, quieren prohibir por ley todo lo que no les gusta. En lugar de gobernar el país, tarea que no saben gestionar, siguen utilizando armas de distracción como esta ley contra los directores que aceptan la retirada del belén en la escuela. El país ya les ha pillado el farol”, ha criticado Luana Zanella, portavoz de Alianza de los Verdes y de la Izquierda en la Cámara de los Diputados.

Nicola Fratoianni, secretario general de Izquierda Italiana, también ha protestado: “Han presentado una propuesta para “defender” el belén en las escuelas. ¿De quién? No se sabe. Esto ya es demasiado para el Estado laico y demasiado para los ciudadanos, que luchan cada vez más entre salarios de miseria, una sanidad que se hunde y un alto coste de la vida y que tienen que escuchar a este Gobierno hablar de decoraciones navideñas”, ha escrito en las redes sociales.

“Puntuales como un reloj suizo, en Navidad vuelven las propuestas de la derecha para salvaguardar las tradiciones cristianas italianas”, ha declarado Riccardo Magi, secretario del partido de izquierdas Más Europa. Y ha criticado la agenda antiinmigración del Gobierno: “Esta es la enésima hipocresía de la derecha dirigida por Giorgia Meloni, para la que hoy, la sagrada familia que huye de la persecución acabaría probablemente en un centro de detención, tal vez en Albania, a la espera de saber por algún juez en Italia si son o no dignos de pisar territorio italiano”, ha dicho, en relación con el reciente anuncio del Gobierno de Meloni de un controvertido plan para alojar hasta 3.000 solicitantes de asilo en Albania mientras esperan el trámite de sus solicitudes, que por el momento ha sido bloqueado por el Tribunal Constitucional albanés.

Magi también ha censurado que “la misma derecha que instrumentaliza los símbolos religiosos, al mismo tiempo hace todo lo posible para dificultar el rescate de quienes arriesgan su vida en el mar” y ha denunciado la posible inconstitucionalidad de la propuesta por atentar contra la libertad de culto. “Una vez más, este partido se confirma con una visión más cercana al régimen de los ayatolás que a la de un país laico, occidental y europeo”, ha concluido.

Davide Faraone, portavoz de Italia Viva en la Cámara de Diputados, también ha criticado: “Con Giorgia Meloni se han creado 15 nuevos delitos, no me gustaría que se llegara a sancionar a los directores de los colegios por no poner belenes”.

La propuesta deberá debatirse en sede parlamentaria, primero en el Senado, donde la coalición de derechas cuenta con una amplia mayoría, aunque Hermanos de Italia es la formación más numerosa, con 63 de los 205 senadores, necesitaría los votos de sus socios en el Gobierno, la conservadora Forza Italia y la ultraderechista Liga de Salvini para sacar adelante la propuesta, que aún puede sufrir modificaciones o incluso decaer.

La defensa de la religión es un clásico caballo de batalla de la ultraderecha en Italia. En 2018 la Liga presentó una propuesta para que el crucifijo fuera obligatorio en las aulas y otros lugares de la administración pública y la iniciativa acabó cayendo en el olvido, aunque el partido la rescató hace unos meses.

Hace unos años, el ministro de educación era un miembro de la Liga, Marco Bussetti, también defensor de la sacralidad del belén. En una ocasión presionó a la directora de un colegio de Venecia que había decidido declinar la invitación de un político local de instalar un belén en el pasillo de su centro escolar. “El belén y la historia que contiene forman parte de nuestra identidad cultural, creo que es un símbolo importante. Y creo que hay que celebrar la Navidad. Sin dudarlo: la verdadera integración no se hace escondiéndose, sino compartiendo las propias tradiciones”, dijo el ministro.

Las referencias a la religión y a la identidad cristiana son frecuentes en el discurso de Meloni, sobre todo en el pasado. “Soy Giorgia, soy mujer, soy madre, soy italiana, soy cristiana. Nadie me quitará eso”, fue su lema en la campaña electoral de 2018. Tampoco es la primera vez que su partido propone una ley destinada a salvaguardar la religión católica. El pasado junio, Hermanos de Italia presentó un proyecto para prohibir los espacios de oración musulmana fuera de las mezquitas, que también pretende vetar el uso de garajes y naves industriales como mezquitas.

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