Los niveles de destrucción y muerte “sin precedente” tras algo más de medio año de guerra en Gaza indican que ese territorio, su economía y sus habitantes tardarán décadas en recuperarse, según un informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) presentado este jueves. Mientras varios mandatarios de diferentes países tratan de acordar un alto el fuego que permita atisbar un posible final del conflicto, las estadísticas no dejan de hundirse. El dato más alarmante es el aumento de la pobreza, que se ha duplicado en menos de siete meses, hasta alcanzar al 58,4% de la población. El aumento del desempleo, el hambre o la menor esperanza de vida continuarán empeorando en la Franja mientras dure el conflicto armado y la tendencia no se frenará con el fin de las hostilidades, según vaticina la ONU.
Eso afectará también, aunque en menor medida, al resto de territorios palestinos bajo ocupación israelí, es decir, Cisjordania y Jerusalén Este, añade el informe. “Los niveles sin precedentes de pérdidas humanas, la destrucción de capital y el fuerte aumento de la pobreza en un período de tiempo tan corto precipitarán una grave crisis de desarrollo que pondrá en peligro el futuro de las generaciones venideras”, advierte Achim Steiner, administrador de esta agencia de la ONU en una nota de prensa.
La tasa de pobreza entre los palestinos se ha duplicado y ha pasado del 26,7% de la población antes de la guerra al 58,4% actual y se prevé que sea del 60,7% en julio si la contienda no ha acabado. Ya hay 1,74 millones más de pobres que antes del 7 de octubre, cuando Hamás abrió el conflicto asesinando a unas 1.200 personas. Mientras, la disminución del producto interior bruto (PIB) alcanzaría el 29% con unas pérdidas totales de 7.600 millones de dólares (unos 7.100 millones de euros). El Índice de Desarrollo Humano (IDH), la medida para bienestar de la población que emplea el PNUD, puede registrar un retroceso en Palestina de más de 20 años.
“Los efectos se sentirán durante años. La inseguridad alimentaria, las pérdidas en la educación, los insuficientes servicios sanitarios, la higiene y el saneamiento inadecuados, los desplazamientos forzados y las malas condiciones de vivienda ya han hecho retroceder un desarrollo humano que puede tardar dos décadas en alcanzar los niveles anteriores a la guerra”, concluye el estudio del PNUD. En Gaza, un territorio con 2,3 millones de habitantes antes del inicio de la guerra, el 5% engrosa los datos de muertos (más de 34.500) o heridos (más de 77.000). “Además de las miles de vidas que se han perdido y de las muchas más mutiladas y heridas, el riesgo para las futuras `generaciones perdidas´ es real”, advierte el estudio.
Unas 370.000 viviendas han sufrido daños en la Franja, de las que 79.000 han quedado totalmente destruidas desde que comenzó la contienda el pasado 7 de octubre por los ataques de las tropas de ocupación de Israel. El informe calcula que, en un escenario optimista y contando con que se quintuplique la entrada de materiales de construcción, esas 79.000 no serán vueltas a levantar antes del año 2040. Eso, sin contar el resto que habrá que reparar.
Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete
Solo hasta finales de enero, hubo daños directos en edificaciones e infraestructuras del enclave mediterráneo palestino por valor de unos 18.500 millones de dólares (unos 17.280 millones de euros), eso equivale al 97% por ciento del PIB total de Palestina en 2022. La mayoría de los daños se concentran en edificios residenciales (72%), en el comercio, la industria y el sector servicios (9%) y el restante 19% se reparte entre educación, sistemas de agua, saneamiento e higiene, sanidad, energía, información y tecnologías de la comunicación, servicios municipales y transporte.
La experiencia de anteriores conflictos, indica que la tasa media de reconstrucción de viviendas completamente destruidas en Gaza es de 992 unidades habitacionales cada año, esa es la media después de las operaciones militares del ejército israelí de los años 2014 y 2021.
Objetivo de ataques directos, solo la cuarta parte de los hospitales funcionan de manera parcial mientras que más de un centenar de ambulancias han sido dañadas o destruidas y hasta 722 sanitarios han muerto. Un centenar de centros educativos (escuelas y universidades) han sido destruidos y más de 300 dañados mientras que asciende a 246 el número de empleados de este sector que han perdido la vida.
Paro disparado
La tasa de desempleo en Palestina, que se hallaba en el 25,7% antes del 7 de octubre, ha alcanzado el 46,1% tras seis meses de guerra y se prevé que alcance el 47,8% en el noveno mes. Israel ha revocado el permiso de trabajo a 180.000 palestinos que se ganaban la vida en territorio israelí o en los asentamientos judíos que ocupan Cisjordania. Solo se han activado durante el actual conflicto, de forma provisional, 8.000. Gaza, principal escenario de la contienda, ya sufría un 45% de paro, que subía a más del 62% entre los jóvenes. De los 507.000 puestos que se habían perdido en Palestina hasta el 31 de enero, 201.000 corresponden a la Franja, donde el desempleo alcanza el 57%.
El norte de ese territorio es el más golpeado. Allí, el 55% de los hogares ha sufrido inseguridad alimentaria grave de mediados de febrero a mediados de marzo. Si la guerra no se detiene, ese dato crecerá en 15 puntos porcentuales hasta julio, detalla el estudio del PNUD. “La devastadora guerra dejará a las generaciones futuras con pesados lastres económicos y sociales, lo que impedirá la recuperación y el desarrollo en todo el territorio palestino ocupado tras la guerra”, alerta el informe.
Sigue toda la información internacional en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal.
Suscríbete para seguir leyendo
Lee sin límites
_