Robin Roberson Murphy (Alabama, EE UU, 66 años) se enamoró de la robótica al conocer a un profesor del Instituto de Tecnología de Georgia que fabricaba robots con inteligencia artificial. Allí estudió ingeniería mecánica e informática; y en 1992, fue la primera persona en doctorarse en robótica en su facultad. Murphy fue pionera en una disciplina que era desconocida hace 30 años. “Muy poca gente trabajaba con robots en 1988. Solo en 10 lugares de Estados Unidos, en algunos lugares de Japón, y en uno o dos de Europa”, señala. Ahora es profesora de ciencias de la computación en la Universidad de Texas, donde comparte su pasión con sus alumnos, y les sumerge en el mundo de la robótica a través de la ciencia ficción. Murphy encaja esas dos piezas a la perfección. En uno de sus recientes artículos analiza el rescate de un submarino con una garra robótica, tal y como ocurre en la novela de ficción Three Miles Down (en inglés, tres millas abajo), de Harry Turtledove.
Además, Murphy es directora del Laboratorio de Robótica Humanitaria e Inteligencia Artificial, antiguo Centro de Búsqueda y Rescate Asistidos por Robots (CRASAR). Sus robots han participado en la búsqueda de supervivientes tras 27 catástrofes, incluida la del 11-S. Es cofundadora del campo de la robótica para catástrofes y de Roboticistas sin Fronteras, y en 2014 fue galardonada con el premio Eugene L. Lawler a las contribuciones humanitarias dentro de la informática y las ciencias de la computación.
Pregunta. ¿Cuál es el uso más común de sus robots en el día a día?
Respuesta. En el caso de robots para la gestión de catástrofes, que son mi especialidad, todo el mundo piensa que solo sirven para salvar vidas. Lo que ocurre en realidad es que también se pueden utilizar en las fases de prevención y recuperación de desastres. Trabajo con drones aéreos y con robots terrestres, como los que se meten entre los escombros de un terremoto, o los que van por debajo del agua. Los drones también son muy comunes en los departamentos de bomberos.
P. ¿Cómo ayudaron sus robots en el rescate del 11-S?
R. Fue el primer uso de robots para la fase de respuesta de emergencia en un desastre. Se buscaba un robot que pudiera abrir camino, llegar más lejos y ayudar a encontrar el recorrido más corto para acceder a áreas donde pudiera haber personas. Los escombros del World Trade Center eran como entrar en un horno, pero un robot podía ir a través de las llamas y llegar a lugares donde los humanos y los perros no podían acceder.
P. Ha escrito muchos artículos sobre películas de ciencia ficción relacionadas con robótica. ¿Por qué utiliza la ciencia ficción como método de enseñanza?
R. Es muy difícil enseñar a estudiantes de cualquier nivel sin darles ejemplos. Un robot es un sistema y tiene que encajar con la gente y con un determinado entorno, como por ejemplo, un hospital. También me gusta explicar lo que hacemos a la gente común. No todo el mundo ha estudiado ingeniería, pero sí han visto películas o leído libros famosos.
P. ¿Cuál es su película de robots favorita?
R. Un amigo para Frank (2012) hizo muchas cosas bien, pero el público no le prestó mucha atención. En la película, el robot interactúa con Frank, un señor que sufre indicios de demencia, y todo funciona entre ellos. El robot es capaz de entenderle. Frank hace algunas cosas con su amigo androide que nadie podría esperar, como por ejemplo enseñarle a robar. Es una película muy divertida.
P. ¿Cómo influyen los robots de ciencia ficción en las personas?
R. Los robots siempre se utilizan para una revolución robot o para destruir o hacer daño a la gente. Algunos estudios han demostrado que el sesgo cultural contra los robots varía según las culturas. Por ejemplo, a los japoneses les gustan los robots porque uno de los primeros mangas que leen es Astro Boy, protagonizado por un simpático robot. Sin embargo, nosotros vemos Transformers (2007), con unos robots luchadores que combaten entre ellos. Nuestra visión de los robots es muy militarista y es peligroso. Por eso me gustan las películas como Un amigo para Frank.
P. Con el paso del tiempo, ¿ha cambiado mucho la percepción de los robots?
R. Al principio, en 2005, cuando utilizamos los drones para catástrofes, la gente lo veía como una especie de espionaje. Ahora hemos visto un cambio, el público es más consciente de sus buenos usos.
P. ¿Cree que es seguro abrazar a Baymax, el robot de la película de Disney Big Hero 6 (2014)?
R. Absolutamente. Su creador Chris Atkinson trabajó con ese tipo de robot inflable para ser capaz de ser abrazado por alguien. Es una gran almohada de aire que no hace daño, no hay cosas físicas que puedan pinchar o accidentalmente herir. Baymax es muy, muy guay. La mayoría de los robots blandos no son como él, aunque puedan inflarse para cambiar su forma.
P. ¿Desde cuándo le interesa la robótica?
R. Al principio no me interesaba. No era uno de esos niños que desde los 8 años le interesaba la robótica, pero siempre me ha gustado el mundo de la física y trabajar con las manos.
P. En alguno de sus artículos habla sobre robots cirujanos y robots en Marte. ¿Cuál será el próximo gran avance en robótica?
R. Hay muchas cosas que no sabemos sobre los robots porque sigue siendo un campo nuevo, y eso es parte de lo que lo hace tan apasionante. Desde el punto de vista físico todavía estamos aprendiendo cosas, como con Baymax y las cosas geniales que puedes hacer para que la parte física funcione. En cuanto a la inteligencia artificial, hay un paradigma realmente bueno.
P. ¿Ha tenido efecto la inteligencia artificial en las leyes de Asimov?
[Las tres leyes de Isaac Asimov para robots consisten en no hacer daño por acción u omisión a los humanos, obedecerles si eso no viola el primer punto y protegerse a sí mismos si eso no incumple los dos puntos anteriores]
R. Por supuesto, en todas ellas. Toda ley necesita una percepción, un razonamiento y una acción para llevar algo a cabo, y [estos elementos] son la esencia de la inteligencia artificial. La implicación de los robots es que tomen las mejores decisiones con ella. Queremos robots que sean racionales.
P. ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de usar robots?
R. En las catástrofes, los robots pueden hacer cosas que las personas no pueden hacer, como buscar entre los escombros. Es más barato y más seguro. Por otro lado, requieren mucho mantenimiento y este puede ser caro. Siempre hay que tener en cuenta los intercambios de las piezas porque todo se rompe en el peor momento posible.
P. ¿Le ha afectado ser mujer en su campo?
R. Es interesante ser mujer en este sector porque en la robótica hay muy pocas mujeres. Si entro en una sala con 100 personas y hay más de cinco mujeres, creo que me he equivocado de sitio. Hay gente que me ha rechazado por ser mujer, aunque soy una de las mayores expertas en mi campo. Por otro lado, también hay casos en los que han adoptado nuestra tecnología, y nos han escuchado a mí y a mi equipo, por ser la mayoría mujeres.
Puedes seguir a EL PAÍS Tecnología en Facebook y X o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.
Suscríbete para seguir leyendo
Lee sin límites
_