Un marco regulatorio eficiente es crucial para el crecimiento sostenible del sector fintech en México. Desde que se promulgó la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera, llamada Ley Fintech, en 2018, el país ha progresado en la elaboración de normativas destinadas a promover la innovación y asegurar la protección en el entorno financiero digital.
La regulación efectiva es esencial para el desarrollo sostenible del sector fintech en México. Desde la promulgación de la Ley para Regular las Instituciones de Tecnología Financiera, conocida como Ley Fintech, en 2018, el país ha avanzado en la creación de un marco normativo que busca fomentar la innovación y garantizar la seguridad en el ecosistema financiero digital.
Importancia de una regulación adecuada
Una regulación clara y robusta es fundamental para construir y mantener la confianza de los consumidores en el sistema financiero digital. Los usuarios deben sentirse seguros de que sus datos están protegidos y que pueden beneficiarse de los nuevos servicios sin riesgos indebidos.
Además, una regulación adecuada permite la incorporación de las fintech al sector financiero formal, otorgándoles legitimidad y abriendo nuevas oportunidades de colaboración con instituciones financieras tradicionales. Esto facilita el acceso a financiamiento y aumenta la confianza por parte de los consumidores.
Desde la entrada en vigor de la Ley Fintech, México se ha establecido como un modelo a seguir en América Latina en cuanto a la regulación del sector financiero tecnológico. Esta normativa busca proporcionar seguridad jurídica y promover el desarrollo saludable de los actores en el sector, manteniendo la estabilidad del sistema financiero mexicano en favor de los intereses del público.
No obstante, a pesar de estos desarrollos, el sector fintech en México todavía enfrenta retos importantes. El Índice de Maduración del Ecosistema Fintech en México (INFIN) está en un 48%, lo que refleja que el sector está en una fase inicial de desarrollo. La empresa promedio del sector tiene tres años desde su creación, genera 105,000 dólares en ingresos anuales, emplea a nueve personas y ha movido 230,000 dólares en capital. Esto confirma que el sector fintech en México está mayormente compuesto por emprendedores en etapas iniciales y en crecimiento.
Iniciativas gubernamentales para robustecer la regulación
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) están colaborando para mejorar y reforzar la normativa y supervisión de las empresas financieras tecnológicas. Alfredo Navarrete, jefe de la Unidad de Banca, Valores y Ahorro (UBVA) de la SHCP, ha subrayado la relevancia de actualizar la normativa para impulsar el desarrollo de las entidades digitales. Navarrete destacó que una regulación más adecuada es esencial para el crecimiento sostenible de las fintech y que se están realizando esfuerzos para trabajar con todos los actores involucrados en la creación de un marco que favorezca tanto a las empresas como a los consumidores.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) están trabajando en la mejora y robustecimiento de la regulación y supervisión de las financieras tecnológicas. Alfredo Navarrete, titular de la Unidad de Banca, Valores y Ahorro (UBVA) de la SHCP, ha destacado la importancia de actualizar la regulación para fortalecer el desarrollo de las entidades digitales. Navarrete mencionó que una mejor regulación es fundamental para el crecimiento sostenible de las fintech y que se están dedicando esfuerzos a colaborar con todos los actores involucrados para crear un marco que beneficie tanto a las empresas como a los consumidores.
Ventajas de una regulación firme para el sector fintech
Beneficios de una regulación sólida para el sector fintech
Una regulación sólida no solo protege a los consumidores, sino que también impulsa la competitividad y la innovación en el sector financiero. Al establecer reglas claras, se crea un entorno propicio para que las fintech desarrollen nuevos productos y servicios que respondan a las necesidades del mercado. Además, la regulación facilita la inclusión financiera al permitir que más personas accedan a servicios financieros de calidad.